Amenazas para las areas verdes

Hay una gran presión sobre los recursos de espacios urbanos. El porcentaje de la población que vive en zonas urbanas viene creciendo rápidamente desde 1950 y la falta de espacio hace tentador utilizar las áreas verdes para construcción. Incluso cuando se trata de edificios públicos, como museos, en que la zona verde sigue accesible al público, ello restaría valor en muchos casos a la calidad recreativa total del área. En la Ciudad de México, la participación de las áreas verdes en la superficie de la ciudad está disminuyendo alrededor del 3,7% anual. Las zonas verdes son sustituidas con frecuencia por edificios, especialmente en los barrios más pobres de la ciudad (Chacalo et al., 1996). La mayor presión se encuentra en la orla urbana donde la ciudad planificada da paso a los asentamientos de desarrollo espontáneo. Es en estas áreas donde la tasa de crecimiento de la población es máxima y la planificación controlada por los órganos municipales es mínima (Tewari & Muthoo, 1997).
En las plantaciones urbanas, la aspereza del suelo y las condiciones del aire son problemas que no desempeñan el mismo papel que en el paisaje rural. Los suelos que contienen productos de desecho, abandonados por la industria de la construcción, pueden carecer de nutrientes suficientes y con frecuencia están compactados (Randrup, 1996). Las condiciones vegetativas pueden ser también difíciles debido a los efectos del sombreado, a los usuarios de carácter recreativo, etc. (Harris, 1992; Bradshaw et al., 1995). El hecho de que el 50% de los árboles plantados en un ambiente urbano mueran en el primer año pone de manifiesto este punto (Gilbertson & Bradshaw, 1985). Nowak et al. (1990) comprobaron que el 34% de 480 árboles murieron en los dos años siguientes a la plantación. Miller & Miller (1991) encontraron que la tasa de mortalidad variaba entre el 25 y el 50% para una serie de especies plantadas en Wisconsin, EUA.
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