Cuidado y mantenimiento de arboles y rodales forestales urbano

Los sistemas de cuidado y mantenimiento varían según la región geográfica y vienen impuestos por las tradiciones locales y nacionales. En Europa Central, hay la tendencia de que el concepto se refiere a árboles individuales, a líneas de árboles y a parques artificiales. En el norte de Europa (Suecia y Finlandia) las nuevas construcciones tienen lugar con frecuencia en áreas de bosque y la mayoría de los espacios verdes se forman a base de la vegetación forestal que se conserva. En estos lugares, el tratamiento verde urbano puede considerarse en gran parte como sistemas silvícolas aplicados en bosques urbanos.

En el cuidado y mantenimiento de árboles y bosques urbanos, y áreas verdes urbanas, hay que dar atención especial a la determinación de la vitalidad de los árboles y de los árboles en peligro. Esto incluye la división en categorías de las heridas de los árboles (métodos biológicos de la madera, tomografía informatizada), la influencia de la época en que se producen las heridas sobre las reacciones de éstas, pudrición (patología), tratamiento de heridas, vendaje de heridas, daños de la raíz, protección, desarrollo y poda.
La mayoría de las especies arbóreas han evolucionado para vivir formando parte de una masa en un hábitat forestal. Aunque la selección se ha realizado para destinarlos a una zona verde urbana, los modelos de desarrollo de la mayoría de los árboles siguen siendo similares a los de sus antepasados silvestres. Si se dejasen sin podar, pocas especies permanecerían con un solo tronco como eje central y una copa bien desarrollada y equilibrada. Por ello, el programa de podas que comenzó en el vivero se debe mantener después de plantado el árbol. La restauración de la relación natural entre raíz y copa que existía antes del transplante, puede ayudarse reduciendo el tamaño de la copa al hacer la plantación. Sin embargo, este problema puede haberse resuelto en los últimos años mediante una poda apropiada en el vivero. Un aclareo adecuado de la copa puede reducir también la resistencia al viento, que puede crear deformidades e incluso desarraigar el árbol. Con frecuencia se ve la enfermedad degenerativa de árboles urbanos recientemente establecidos pudiendo considerarse como un mecanismo que hace que el árbol se pode por sí mismo, para restaurar el equilibrio entre la parte aérea y el sistema radical.


En los últimos 30 años se han desarrollado técnicas y programas de poda y aclareo y en la actualidad parecen haberse adaptado a nivel mundial. Nuevos conocimientos sobre el crecimiento de los árboles y la respuesta de los árboles naturales a la poda han sido presentados por Shigo (1991) y Longsdale (1993). Las técnicas de poda y el momento de la poda han cambiado, desde cortas de limpieza y podas de conformación a la poda "dirigida" en la que el conocimiento y el respeto del árbol indican dónde, cuándo y cómo se debe podar el árbol.
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